Siempre creemos que esa persona que come lo que quiere sin engordar es realmente afortunada, pero te contamos que esa bendición es culpa de un metabolismo entrenado o rápido por razones naturales o genéticas. La edad, el género, la talla, el peso, las hormonas, la genética, todo influye en el ritmo de nuestro metabolismo. Sin embargo, tenemos cierto margen de maniobra para intervenir en su velocidad. Mientras más rápido sea nuestro metabolismo, más calorías seremos capaces de quemar.
- Duerme: Tener noches de sueño reparador que duren entre seis y ocho horas. La relación entre el sueño y el metabolismo es cada vez más clara. No solo sentimos más hambre cuando vamos escasos de sueño y necesitamos comer más comidas hiper calóricas. No dormir ralentiza el metabolismo de modo considerable.
- Bebe té verde: No es solo una fuente insuperable de antioxidantes, según se ha demostrado en varios estudios, los investigadores han descubierto que es un gran acelerador del metabolismo. Además es un alimento libre de calorías y se puede consumir toda la cantidad que uno quiera. Lo recomendable es consumir dos tazas al día.
- Incrementa la intensidad de tu entrenamiento: El organismo se acostumbra al ejercicio, y el metabolismo también. Para mantenerlo a buen ritmo es importante incluir en nuestros entrenamientos un intervalo de alta intensidad que provoque un salto en el metabolismo y lo obligue a mantenerse quemando calorías incluso mucho tiempo después de haber finalizado el entrenamiento.
- Nunca te saltes el desayuno: Los estudios muestran como un desayuno de calidad acelera el metabolismo. Desayunar despierta tu metabolismo, con lo que gastas más calorías a lo largo del día. Con un buen desayuno le estás dando a tu cuerpo todo lo que necesita para restablecerse tras el ayuno nocturno y tienes menos hambre el resto del día.
- Bebe agua: Beber cantidades suficientes de agua es un modo sencillo de acelerar la digestión y quemar calorías. Algunos necesitarán más que los ocho vasos diarios recomendados, y otros menos. Pero hay que beber agua.
- Consume especias picantes: Por ejemplo la cayena es útil para acelerar el metabolismo. Su sabor picante se debe a la presencia de un compuesto químico, la capsaicina que interviene en los procesos metabólicos y a la que se atribuyen propiedades antioxidantes y anticancerígenas.
- Haz 45 minutos de ejercicios ‘cardio’ tres veces por semana. Hacer 45 minutos de bicicleta podría mantener elevada la velocidad del metabolismo durante casi doce horas.
- Come con la cabeza. Algunos alimentos son aceleradores naturales del metabolismo. Por ejemplo, el atún y el pomelo. Escoge conscientemente lo que pones en la mesa.
- Toma una taza de café por las mañanas. No es solo un modo rápido de espabilarse. Una taza de café es absorbida muy rápidamente en el torrente sanguíneo, con lo cual se aceleran las pulsaciones cardíacas y consigues picos de la actividad metabólica hasta tres horas después de haberla bebido.
- Ríe todo lo que puedas y más. Una carcajada puede tener un largo recorrido. Los científicos creen que diez minutos de risas diarias pueden quemar una buena ración de energía. Otro buen motivo para reírse.