Bajo la Misma Estrella en la vida real

Si viste la película Bajo la misma estrella, entenderás que la historia que te contaremos a continuación es para emocionarse, y para comprender que el verdadero amor no tiene límites. Si no viste Bajo la misma estrella, te contamos que se trata de una novela escrita por John Green que narra la historia de una […]

rvera 14-02-2018 / 11:58:46
Katie Donovan y Dalton Prager | Redes Sociales

Si viste la película Bajo la misma estrella, entenderás que la historia que te contaremos a continuación es para emocionarse, y para comprender que el verdadero amor no tiene límites.

Si no viste Bajo la misma estrella, te contamos que se trata de una novela escrita por John Green que narra la historia de una adolescente de dieciséis años que padece cáncer de pulmón, y a la que sus padres obligan a acudir a un grupo de apoyo para jóvenes afectados por la enfermedad. En el lugar conoce y se enamora de un ex jugador de baloncesto que tiene amputada una pierna a causa del osteosarcoma. La adaptación cinematográfica fue estrenada el 6 de junio de 2014.

Pero no es de la película de la cual hoy hemos venido a hablar, sino que de una historia de la vida real. Un gran amor donde ambos viven bajo la misma estrella.

Como muchos jóvenes, Katie y Dalton se conocieron a través de internet. La joven se enteró que Dalton sufría de fibrosis quística (FQ), al igual que ella, por lo que decidió mandarle un mensaje por Facebook.

Ambos tenían 18 años y pasaban gran parte de su tiempo entre médicos, exámenes y hospitales. A los 3 días quisieron conocerse en persona, pero tuvieron que enfrentar un gran problema: los pacientes con esa enfermedad no pueden encontrarse cara a cara, ya que el riesgo de transmitirse alguna infección es demasiado alto.

“Cuando decidíamos si conocernos o no, le dije a Dalton que aunque fuese un riesgo y muriera, yo prefería ser feliz por cinco años de mi vida, que ser mediocremente feliz y vivir 20”, explicó Katie a CNN. Agregando que “Eso fue algo que definitivamente tuve que pensar, pero cuando tienes esos sentimientos, simplemente lo sabes”.

Es así como, desobedeciendo las recomendaciones de todos, visitó a Dalton en el hospital. Como era de esperar, Katie se contagió con Burkholderia cepacia, una infección que padecía su amigo y que puede resultar fatal para los pacientes con esta enfermedad.

Sin embargo, el amor es más fuerte y tras el paso de dos años los jóvenes se casaron con la firme intención de enfrentar juntos su enfermedad. Pero, nadie dijo que sería fácil, y producto del deterioro su salud ambos tuvieron que renunciar a sus trabajos, y vivir conectados a una maquina de oxígeno.

En agosto de 2014, la pareja fue ingresada a Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, donde esperarían por sus trasplante de pulmones. Prager fue el primero en recibirlo, sin embargo, su esposa no corrió la misma suerte. A pocas semanas de la cirugía, ella comenzó a tener dificultades para respirar, y cuando intentó regresar al hospital se le informó que se habían agotado sus horas de Medicare, que según explica CNN es un programa federal de seguros médicos para ancianos y personas con discapacidad. Por esta razón no podían volver a aceptarla, ya que el estado no pagaría otra hospitalización antes de 60 días. La salud de la joven estaba tan mal que tuvo que recurrir a un seguro público de su estado natal, Kentucky, siendo  aceptada en el Hospital de la Universidad de Kentucky para esperar su trasplante.

Pero Katie sufrió un nuevo revés al enterarse que la mayoría de los centros de salud no realizan trasplantes a pacientes con Burkholderia cepacia, los cuales son transferidos a otros hospitales más grandes que tienen más experiencia con casos complejos y… su nuevo seguro no lo costeaba.

A partir de entonces, Katie y Dalton, hoy de 24 y 23 años respectivamente, comenzaron una lucha incansable para conseguir alguna salida al problema. La situación se volvió mucho más grave, cuando los  doctores les aseguraron que ella no viviría un año más sin nuevos pulmones.

“Siento que le están poniendo un signo de dólar a mi vida”, dice. “No quiero morir por culpa del dinero. Eso es estúpido. Nadie debería tener que hacer eso”.

La pareja se siente aún peor, ya que no han podido estar frente a frente durante varios meses -sólo se comunican por Skype-, debido a los riesgos que trae para el joven contagiarse nuevamente con otra infección.

“Solo quiero llegar a ver nuestro cuarto aniversario en julio, ser capaz de darnos la mano y abrazarnos” «Voy a abrazar a mi esposo en nuestro aniversario de cuatro años, simplemente lo sé!» le escribió a CNN.

Actualmente los jóvenes siguen batallando para poder encontrar financiamiento para la cirugía que podría devolverle la salud a Katie, y darles una vida juntos como una pareja normal.

Foto: Redes sociales de Katie y Dalton