Materias primas para elegir un sofá de calidad
El marco de un sofá se hace con mayor frecuencia de madera, aunque las opciones más nuevas incluyen acero, plástico y tableros laminados o una combinación de los anteriores.
La madera de arce secada al horno que se considera libre de nudos, cortezas y defectos comprometedores se utiliza debajo de la tapicería. La madera de las patas, los brazos y la espalda también puede ser de arce, pero a veces se usan caoba, nogal o frutales para las patas talladas o molduras.
El relleno está hecho principalmente de pelo de animales, particularmente cerdo o caballo. Otros acolchados utilizados en la producción en masa son envolturas de espuma y fibra de poliéster. Puede ser necesario un cierto preprocesamiento, como con el cabello engomado prematuro, donde el pelo de los animales está dispuesto y adherido con pegamento.
Los cojines están hechos de espuma de poliuretano, fibra de poliéster, plumón, algodón, látex o resortes envueltos en algodón.
Un sofá puede cubrirse con cualquier opción de tela sintética, natural o mezclada, y una combinación de materiales para un acabado aterciopelado y la comodidad que brindan.
La lana y el nylon son las mejores opciones en sus respectivas categorías de fibras naturales y sintéticas, pero el algodón, el acetato, el rayón y el poliéster tienen sus propias propiedades funcionales. La tela exterior se puede terminar con una capa protectora antimanchas.
Cuando se usan, los resortes están hechos de acero templado. Un sofá típico requiere 15 yd (13,71 m) de arpillera y al menos 10 yd (9,14 m) de muselina para el interior. Todos los materiales se sujetan con aproximadamente 1,000 o más tachuelas, más de 200 yd (182.8 m) de hilo y cientos de yardas de hilo de coser a máquina.
Diseño de un sofá clásico
Los sofás vienen en tres tamaños principales. El sofá completo tiene 84 pulgadas (2,13 m) de ancho. Las versiones más pequeñas, como el biplaza y el love seat, oscilan entre 60 y 80 pulgadas (1,52-2,03 m). Las variaciones en el sofá estándar incluyen artículos modulares y sofás con usos especiales, como tumbonas o sofás cama convertibles.
Los diseños ornamentales no son necesariamente menos duraderos, pero no invitan al uso casual. El diseño de un sofá se puede ajustar al uso que se le dará y al tamaño promedio de las personas que más lo usarán. Un asiento profundo, por ejemplo, es bueno para las personas más altas, pero no se adapta fácilmente a las personas más bajas.